Mientras recorre la pintoresca costa de la provincia de Málaga, bañada por el sol y rodeada por el azul del mar, seguro que ve algo que le llama la atención: las torres vigía. Estas antiguas estructuras son como centinelas de piedra que aún vigilan el paisaje andaluz, fieles a su tarea desde hace cientos de años.
Un viaje mágico en el tiempo
Salpicado de numerosas torres vigía, el litoral malagueño es una herencia que se remonta a tiempos remotos: a la época de la dominación árabe, cuando esta tierra llamada Al-Andalus estaba rodeada por una enorme red de torres defensivas. Erigidas entre los siglos VIII y XV, las torres formaban parte de una estrategia defensiva contra los reinos cristianos y los piratas del Mediterráneo. Aunque su construcción parece sencilla -suelen ser estructuras cilíndricas o cuadradas-, encierran ecos de una sofisticada estética morisca. Construidas en piedra, a menudo estaban decoradas con sutiles incrustaciones de motivos geométricos que añadían una nota artística única.
La Reconquista no puso fin a su importancia y los nuevos gobernantes reconocieron la importancia estratégica de estas estructuras. A pesar del cambio de estilo arquitectónico y método de construcción, las torres siguieron sirviendo como atalayas y puestos de vigilancia, protegiendo la región de la amenaza de los piratas berberiscos y turcos. Hoy, mientras pasea por la pintoresca costa malagueña, cada una de estas torres es como una cápsula del tiempo que le transporta al pasado. Son monumentos a la ingeniería antigua y al misterioso mundo que un día existió. Para los amantes de la historia y la arquitectura, estas torres vigía son un tesoro de valor incalculable que hay que descubrir despacio, paso a paso, saboreando cada detalle de su antigua construcción. Las torres tienen una altura media de 11 metros, construidas sobre una base de unos 7 metros de diámetro.
Guardacostas
Las atalayas, diseminadas por el pintoresco litoral malagueño, son un símbolo tanto de poder como de supervivencia. Sin embargo, la vista del mar que se extiende desde cada una de ellas no era sólo para admirar la belleza del paisaje. En tiempos de los árabes, los guardias de las torres eran la primera línea de defensa contra los invasores, que podían venir tanto de tierra como del mar. Cada torre estaba estratégicamente situada para proporcionar la vista más amplia posible de los alrededores y permitir que las noticias de un peligro inminente se transmitieran rápidamente.
Tras la reconquista, el desafío defensivo no cesó. La amenaza de los piratas berberiscos y los turcos estaba siempre presente. En aquella época, las torres, a veces llamadas torres piratas, eran esenciales para proteger a la población y las ciudades de la costa. Actuando como bastiones fuertes e impenetrables, permitían observar y transmitir información sobre barcos sospechosos y, en caso necesario, movilizar las defensas locales.
Durante siglos, estas austeras estructuras de piedra han velado por la seguridad de la comunidad local. Al explorarlas, no sólo admiramos su belleza arquitectónica, sino que también recordamos el importante papel que desempeñaron -y siguen desempeñando- como guardianes de la costa. Cada una de estas torres es una perla de la historia, cuyo cometido era proteger lo más preciado: la paz y la seguridad de los andaluces.
Ecos del pasado
El servicio de vigilancia era todo un reto. Había guardias apostados en cada estructura cuyo trabajo consistía en vigilar constantemente el horizonte. Cuando divisaban al enemigo, debían avisar inmediatamente a los demás. Se utilizaban varios métodos para comunicarse: desde fuego y humo, hasta izar banderas o tocar tambores. Gracias a este sistema, las noticias de una amenaza inminente podían transmitirse rápidamente de torre a torre, lo que permitía una respuesta inmediata y la movilización de las fuerzas de defensa locales.
Hoy en día, las torres siguen al servicio de la comunidad. Algunas son ahora museos donde se puede conocer la larga y rica historia de estas notables estructuras. Otras, gracias a su ubicación estratégica, se utilizan como miradores. Todas las regiones costeras tienen al menos una de estas estructuras. Hoy en día, en la provincia de Málaga podemos encontrar 42 torres, seis de las cuales se encuentran en Marbella:
- Torre Chullera en Manilva
- Torre del Salto de la Mora en Casares
- Torre Arroyo Vaquero en Estepona
- Torre Sala Vieja en Estepona
- Torre del Padrón en Estepona
- Torre Velerin en Estepona
- Torre Guadalmans en Estepona
- Torre del Saladillo en Estepona
- Torre de Baños en Estepona
- Torre de Tiendas en Marbella
- Torre del Duque en Marbella
- Torre Ancón en Marbella
- Torre Río Real en Marbella
- Torre Lance de las Cañas en Marbella
- Torre de los Ladrones en Marbella
- Torre Calahonda en Mijas
- La nueva torre de La Cala del Moral en Mijas
- Torre de la batería de La Cala del Moral en Mijas
- Torre Calaburras en Mijas
- Torre Blanca de Fuengirola
- Torre del Muelle en Benalmádena
- Torre destruida en Benalmádena
- Torre Bermeja en Benalmádena
- Torre Molinos en Torremolinos
- Torre de las Palomas en Málaga
- Torre Cantal en Rincón de la Victoria
- Torre de Benagalbón en Rincón de la Victoria
- Torre de Chilches en Vélez-Málaga
- Torre Moya en Vélez-Málaga
- Torre del Jaral en Vélez-Málaga
- Torre Manganeta en Vélez-Málaga
- La torre inclinada de Algarrobo
- Torre derecha en Algarrobo
- Torre de Lagos en Vélez-Málaga
- Torre Güi en Torrox
- Torre de Calaceite en Torrox
- Torre Macaca en Nerja
- Torrecilla en Nerja
- Torre Maro en Nerja
- Torre Río de la Miel en Nerja
- Torre de pino en Nerja
- Torre Caleta en Nerja
Marbella es famosa por sus propiedades de lujo y sus atalayas
Conocida como uno de los destinos más lujosos de la Costa del Sol, Marbella es famosa no sólo por sus elegantes villas y yates, sino también por sus fascinantes monumentos del pasado. Entre los que más llaman la atención se encuentran las torres vigía, parte de la red defensiva que antaño vigilaba la costa andaluza. ¿Cuáles merece la pena visitar?
Torre de los Ladrones
Este es uno de los monumentos más reconocibles de Marbella. Esta torre, cuyo nombre significa «Torre de los Ladrones», forma parte de una red de torres defensivas construidas para protegerse de invasores y piratas. Con unos 16 metros de altura, la Torre de los Ladrones, construida en los siglos XIII y XIV, es un ejemplo del patrimonio arquitectónico árabe de la zona. Situada cerca de la playa de Artola, junto a la reserva natural de dunas de Cabopino, ofrece una vista inolvidable del panorama mediterráneo.
Estepona – ciudad de las flores y las torres fortificadas
Esta pequeña ciudad, situada en el extremo occidental de la Costa del Sol, es conocida por sus pintorescas calles y sus hermosas playas. También tiene su parte de una larga historia de atalayas defensivas diseminadas por la costa andaluza. En su territorio se conservan hasta hoy siete torres vigía, seis de origen cristiano y una construida en época árabe. ¿Cuáles merece la pena visitar?
Torre Padrón
Se trata de una de las estructuras defensivas más reconocibles de Estepona, que se alza majestuosa sobre las orillas del río Padrón. La estructura cilíndrica de 12 metros de altura, construida durante la dominación árabe, desempeñó un papel clave en la protección de la ciudad contra los asaltos del enemigo marítimo. Hoy en día, la torre no está abierta al público, pero sigue siendo un hito digno de admirar desde lejos.
Torre Saladillo
Al sur de la A-7, cerca de la playa del Saladillo, se alza la torre del mismo nombre, de 11 metros de altura. Esta estructura, como muchas otras diseminadas por la costa, formaba parte de un sistema defensivo creado para contrarrestar las incursiones piratas. Su forma cónica recuerda a las torres de Padrón y Velerín.
Gracias a los conservacionistas locales, se encuentra en excelente estado; en su interior se conservan perfectamente: un salón interior con chimenea y bóveda de ladrillo, una escalera y una terraza. La torre es fácil de divisar desde la playa y es un lugar popular en el mapa turístico de Estépona, aunque no está abierta al público.
Torre Chullera en Manilva
En la parte más occidental de la costa de la provincia de Málaga, en el pueblo de Manilvy, se encuentra la única de su clase: la Torre Chuller, que garantizaba que nadie de Cádiz intentaría conquistar Málaga.
Como su nombre indica, la estructura se encuentra en la Punta de la Chullera, al este del río Guadiaro y en una propiedad privada. En 1497, la torre tenía su nombre actual y probablemente se construyó en el emplazamiento de una torre más pequeña que fue destruida por un rayo. Quién sabe, ¿tal vez fue su historia la que inspiró a Fernando Arrabal para escribir su novela «La torre herida por un rayo»?
Torre del Río Real
Es otro monumento de Marbella, situado cerca del río del mismo nombre. La torre data de finales del siglo XVI, tiene 11 metros de altura y está construida en planta circular. Hoy en día, la torre es parte integrante del paisaje, sirviendo no sólo como punto turístico sino también como marcador para los jugadores del campo de golf Río Real que la rodea.
Ambas torres son testigos fascinantes del pasado y pruebas de la larga historia de Marbella como lugar de importancia estratégica. Hoy, incrustadas en el paisaje urbano, siguen siendo un recordatorio de la rica y variada historia de la región. En este complejo de lujo también encontrará otras cuatro torres.
Torre de Sal de Casares
Parte del sistema defensivo del Reino de Granada, Casares está dominado por la Torre de la Sal. Situada en el cabo de la costa de Casares, entre el río Manilva y el arroyo Camarate, es la única torre vigía de este municipio. A diferencia de otras construcciones del litoral malagueño, la Torre de la Sal no fue en su origen una estructura estratégica. Su nombre proviene de la cercana mina de sal, y la estructura en sí se utilizó originalmente como almacén.
A partir del siglo XVI, la torre se incorporó al sistema formal de defensa marítima, sirviendo para observar y defender la costa de los piratas berberiscos. La Torre de la Sal se diferencia de las demás torres vigías de la provincia de Málaga en que tiene dos niveles y su singularidad se ve acentuada por su planta cuadrada.
Torre Calaburras en Mijas
Mijas, vecina de Marbella, alberga cuatro torres vigía, de las cuales La Cala es probablemente la más reconocible. Sin embargo, nos centraremos en la torre Calaburras, que se encuentra dentro de la urbanización El Faro.
Su historia se remonta a 1575, y en un documento fechado en 1571 ya se menciona La Cala y la Estancia de las Burras, lo que sugiere que en la zona había entonces una pequeña guarnición. Sin embargo, no fue hasta 1574 cuando Francisco Hernández de Córdoba ordenó su construcción, asegurando así la región y la comunidad local frente a incursiones y saqueos.
Torre Bermeja en Benalmádena
Hay tres torres de observación en Benalmádena, pero nuestra atención se centrará en la Torre Bermeja, un ejemplo de cómo la intervención humana puede cambiar el paisaje. Esta torre se encuentra actualmente al final de la avenida Alay, en el puerto deportivo, desde donde se puede admirar la entrada a Sea Life. Su nombre procede del color rojizo del terreno bermejo sobre el que está construida. Se cree que fue erigido a finales del siglo XV por los musulmanes sobre el cabo rocoso de Punta Saltillo.
El diseño circular de la torre y su ubicación estratégica le permitían observar la costa del mar de Alborán (una masa de agua del Mediterráneo occidental) y comunicarse mediante fuego y humo con otras torres y ciudades cercanas en caso de que aparecieran barcos enemigos en aguas del Reino de Granada.
Torre Blanca de Fuengirola
En la actualidad, la torre de vigilancia de Torre Blanca se alza sobre una colina cerca de un yacimiento arqueológico romano llamado Finca El Secretario. Curiosamente, éste no es su emplazamiento original: se sabe que hasta la década de 1950 -a partir de 1765, año en que se cree que se construyó Torre Blanca- la atalaya estuvo situada en un cabo en otra parte de la ciudad, cerca de la actual carretera N-340.
Torre Blanca sigue vigilando el soleado descanso de los residentes de Fuengirola en las playas. Con la urbanización de la citada carretera en los años 60, la torre «desapareció», para ser reconstruida posteriormente donde ahora se encuentra, junto al imponente Toro de Osborne visible desde lejos.
Torre de las Palomas en Málaga
Debido a su proximidad con la localidad de Torremolinos, la capital malagueña sólo cuenta con un faro costero: la Torre de las Palomas. Su construcción data de 1574 y fue diseñada por Francisco Vázquez. Situado en lo alto del pequeño cabo de Punta Palomas, cerca del Rincón de la Victoria, fue utilizado activamente durante el reinado de Carlos III. Realizada en piedra roja, la estructura tiene una base circular de siete metros de diámetro y diez de altura. La torre está cubierta con una bóveda esférica de ladrillo y rematada con un tejado.
Cuando visite una de las torres, se pare en su base o consiga subir a la cima y otear el horizonte, piense en los que una vez sirvieron aquí. Imagine a un guardia mirando al mismo mar, alerta y listo para la acción. Esta perspectiva añade una nueva dimensión a toda la escapada, combinando el pasado y el presente en una experiencia inolvidable.
Las históricas torres vigía no son los únicos hitos que puede seguir cuando visite la Costa del Sol. Le invitamos a leer nuestra entrada sobre los faros, que a lo largo de los años han servido de señalización a los navegantes que surcaban las aguas del Mediterráneo.