Asociamos a Frédéric Chopin principalmente con Francia, pero el compositor también tuvo un breve episodio en Mallorca. Junto con la escritora George Sand, su amiga y compañera de muchos años, pasó varios meses de invierno en Valldemossa. La estancia, que debía mejorar su salud, desembocó desgraciadamente en el desarrollo de una grave enfermedad.
Mallorca, o… sanatorio
Chopin y Sand, junto con sus dos hijos, se embarcaron rumbo a Mallorca en noviembre de 1838, por problemas de salud, ya que uno de los hijos de Sand padecía reumatismo. Los médicos le sugirieron que sería una buena idea alejarse del invierno parisino, en algún lugar con un clima más cálido y constante. Chopin, por su parte, se quejaba de síntomas respiratorios. El médico que examinaba al compositor llegó a la conclusión de que pasar el invierno en una isla mediterránea podría ser beneficioso para su salud.
Al principio, Chopin y Sand vivieron en una residencia de Establiments, uno de los barrios de la capital de la isla, Palma. Las fuentes no se ponen de acuerdo sobre el tiempo exacto que pasaron allí, pero se sabe que hablaron durante un periodo de unas dos o tres semanas. Después se trasladaron a Valldemossa, a unos 20 kilómetros al norte. Se trata de una localidad pintoresca, enclavada entre la Serra de Tramuntana.
Chopin como Rey Sancho I
Como curiosidad, cabe mencionar que Chopin y el hijo de Sand no fueron las primeras personas que viajaron a Valldemossa por motivos de salud. A principios del siglo XIV, el rey Sancho I de Mallorca luchaba, al igual que el compositor polaco muchos siglos después, contra una enfermedad respiratoria, concretamente el asma. Sus síntomas se aliviaban en la montaña, por lo que el monarca hizo construir su palacio en lo alto de una colina. En 1399, los cartujos de Tarragona se hicieron cargo del edificio y lo convirtieron en monasterio.
El aire de la montaña le sentó bien al Rey, pero por desgracia resultó ineficaz cuando se trataba de los problemas de Chopin. Mallorca recibió a los visitantes de París con buen tiempo, pero las semanas siguientes fueron excepcionalmente frías y lluviosas, sobre todo en las montañas. Los problemas respiratorios empeoraron y finalmente Chopin contrajo tuberculosis, que le causó la muerte diez años más tarde.
Los síntomas seguían haciéndose notar durante su estancia en Palma. La tuberculosis era temida en la época, tanto que cuando el dueño de la residencia se enteró de la enfermedad… echó a Chopin y a Sans a la calle. Primero les dio refugio el cónsul francés, y luego fueron a vivir a la citada Cartuja de Valldemossa.

No es París
La estancia invernal de la pareja en Mallorca se describe a veces como el romance más emocionante del siglo XIX en el mundo de la cultura. En realidad, los meses que la pareja pasó en la isla fueron de todo menos románticos. Los habitantes de Valldemossa eran, por decirlo suavemente, poco comprensivos: temían la enfermedad contagiosa de Chopin. Tampoco veían con buenos ojos que viviera con su pareja, seis años mayor que él, en un convento, aunque ambos no ejercieran. A la población local tradicional también le indignaban los hábitos «parisinos» de Sans, como llevar pantalones y fumar puros.
Sin embargo, desde el punto de vista creativo, fue un periodo muy bueno para Chopin y Sans. Fue en Mallorca donde Chopin compuso el Preludio, Opus 28, el famoso ciclo de 24 preludios para piano, uno de los más importantes de su obra. Sans escribió a su vez el libro Invierno en Mallorca. En él hacía hincapié en sus observaciones sobre el trato que recibían de los lugareños, poco acostumbrados a tratar con turistas extranjeros.
En enero de 1839, tras dos meses en la isla, la salud del compositor se deteriora desgraciadamente, ya que las constantes lluvias no le favorecen. Chopin y Sand decidieron regresar a Francia. Su relación duró hasta 1847, y el polaco murió dos años más tarde.
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Valldemossa y el Museo Chopin
El antiguo monasterio camaldulense de Valldemossa alberga hoy el Museo Fryderyk Chopin. Posee la segunda mayor colección de objetos relacionados con el eminente pianista -sólo el museo del distrito Powiśle de Varsovia tiene una mayor-. Incluye manuscritos, cartas, libros, retratos e incluso… un mechón de pelo del compositor. Todos los años, en agosto, se organiza frente al monasterio de Valldemossie el Festival Chopin, una serie de conciertos de piano. Se celebra desde 1930, es decir, desde hace casi 95 años.
Valldemossa está considerado uno de los pueblos más bonitos de Mallorca. Se diferencia significativamente de lospueblos blancos andaluces. Aquí predominan los edificios de piedra gris-beige y las contraventanas verdes son características de todo el pueblo. Valldemossa está definitivamente más cerca de los pueblos toscanos o provenzales que de los de la zona de Marbella.
Además del antiguo monasterio (Real Cartuja de Jesús de Nazaret), también merece la pena visitar el Museo Municipal de Arte Contemporáneo (Museu Municipal Art Contemporani), con obras de artistas como Pablo Picasso y Joan Miró, y los pintorescos Jardines Rei Joan Carles.

Michael Douglas y subtítulos en polaco
El famoso actor estadounidense Michael Douglas tiene su propia propiedad en Valldemossa. La villa se construyó a finales de los años 80. En la localidad funciona el centro cultural Costa Nord, fundado por el estadounidense. Acoge exposiciones, conciertos y otros actos que promueven la cultura o la gastronomía locales. Una atracción habitual del centro es la proyección de un documental de quince minutos protagonizado por el propio Douglas. El actor habla de la historia de Valldemossa y de la isla en su conjunto. Existe una versión con subtítulos en polaco. En el Museo Chopin también hay descripciones en polaco, aunque esto sorprende menos.
El manjar más popular asociado a Valldemossa son las cocas de patata, bollos de boniato espolvoreados con azúcar glas. Por su forma, tamaño y, hasta cierto punto, sabor, se parecen a nuestros donuts.
El vuelo de Málaga a Palma dura aproximadamente una hora. Desde el aeropuerto a Valldemossa se tarda otra hora en coche. También hay servicios de autobús desde el centro de la capital de la isla. En temporada baja, se pueden comprar billetes a Mallorca a muy buen precio. Puede encontrar fácilmente un vuelo de ida y vuelta por unos 20-25 euros.
