Marrakech – una ciudad maravillosa a su alcance desde Marbella

Situada en la soleada Costa del Sol, Marbella no sólo ofrece a los viajeros acceso a los rincones más bellos de Andalucía, sino que también abre las puertas a destinos exóticos como la marroquí Marrakech.

Marbella, uno de los centros turísticos más famosos de Europa, situado en la Costa del Sol española y a los pies de Sierra Blanca y del azul del Mediterráneo, es la base ideal desde la que explorar la región. Gracias a su ubicación estratégica, Marbella se abre a viajes aventureros y misteriosos a Marrakech, la joya de Marruecos, que le encantará con su ambiente único y su rica historia.

Cubrir la «ciudad roja»

Marrakech, apodada la «ciudad roja» por sus característicos edificios de ladrillo, es un lugar con una historia rica y fascinante. Fundada en 1062 por el sultán Youssef ibn Tashfin, se convirtió en un importante centro comercial y cultural. A lo largo de los siglos, Marrakech ha atraído a comerciantes, viajeros y artistas de todo el mundo, convirtiéndose en punto de encuentro de diferentes culturas y tradiciones. Sus históricas medinas, callejuelas y plazas rebosan de vida y cuentan la historia de una ciudad que siempre ha sido una fusión de civilizaciones.

Medina y plaza Jemaa el-Fnaa

La Medina de Marrakech es el punto de encuentro entre la vida palpitante y la historia misteriosa. Es un laberinto de calles estrechas y sinuosas que se extienden a lo largo de kilómetros, repletas de tiendas de artesanía, pequeños cafés o puestos de comida. Los muros rojos de la medina, que han dado a Marrakech el sobrenombre de «ciudad roja», ofrecen un fascinante telón de fondo a los coloridos puestos y edificios antiguos.

En el corazón de la medina se encuentra Jemaa el-Fnaa, uno de los lugares más vibrantes de Marruecos, donde músicos, malabaristas y vendedores ambulantes crean una atmósfera increíble, llena de colores, sonidos y olores. Aquí, entre los minaretes que se disparan hacia el cielo y los palacios históricos, podrá sentir la verdadera alma de Marrakech.

Mientras pasea por la medina, podrá oler el intenso aroma de las especias, escuchar el sonido de los timbres de las bicicletas y las llamadas de los mercaderes, y maravillarse ante la riqueza de la cultura marroquí. La arquitectura antigua, con sus puertas y postigos minuciosamente tallados, convierte cada paso en un viaje en el tiempo.

La Medina de Marrakech es un verdadero paraíso para los turistas y un lugar donde cada calle puede conducir a un nuevo descubrimiento y cada rincón a una experiencia inolvidable. Es un lugar que palpita de vida, atrae por su atmósfera única y fascina continuamente a cualquiera que tenga el placer de descubrirla.

Jardín Majorelle

Una visita a Marrakech no puede considerarse satisfactoria sin una visita a los jardines Majorelle, creados por el pintor francés Jacques Majorelle. Con una extensión de casi 9.000 metros cuadrados, este encantador lugar ofrece jardines con encanto, el refugio perfecto donde descansar del ajetreo del centro de la ciudad, aunque sólo sea por un momento.

Sin embargo, no es sólo la hermosa vegetación lo que atrae a los visitantes de Le Jardin Majorelle. En este pintoresco rincón también hay un museo dedicado a la cultura bereber, una encantadora galería de arte y un museo dedicado a Yves Saint Laurent. Este es el lugar donde podemos descubrir la obra de este eminente diseñador y conocer las inspiraciones que extrajo durante su estancia en Marrakech, sobre todo cuando pasaba el tiempo en su colorida villa, situada en el corazón del jardín.

La Bahía en Marrakech

El Palacio de la Bahía de Marrakech, también conocido como La Bahía, es una auténtica joya de la arquitectura marroquí. Este majestuoso complejo, que ocupa una impresionante superficie de 8.000 metros cuadrados, es sin duda uno de los lugares más impresionantes de Marrakech.

Sus interiores, especialmente los salones del Petit Riad y del Grand Riad, están decorados con marquetería magistral y techos de zouak, ejemplos exquisitos de la artesanía tradicional marroquí. La verdadera joya del lugar es el Cour d’Honneur, o gran patio. Encanta con su suelo de 1.500 metros cuadrados de reluciente mármol italiano de Carrara, que contribuye al extraordinario encanto del lugar.

A pesar de su enorme tamaño, sólo una parte de las ocho hectáreas y 150 salas del palacio están abiertas al público. Este espacio monumental no sólo deleita, sino que también sirve como sede de importantes eventos culturales. El Palacio de la Bahía es un lugar que respira historia y cultura a cada paso, convirtiéndose en parte esencial de cualquier visita a Marrakech.

Especialidades marroquíes: se enamorará de ellas sin remedio

Descubrir las especialidades culinarias regionales es una de las actividades más agradables en los viajes a nuevos lugares. Al ir de Marbella a Marruecos y Marrakech, vale la pena planificar tiempo para visitar algunos restaurantes locales y degustar las especialidades locales.

La cocina marroquí es mundialmente conocida por sus platos ricos y aromáticos, resultado de influencias bereberes, árabes, andaluzas y mediterráneas. Lo que la diferencia de la cocina tradicional andaluza es el uso de ciertos ingredientes y especias característicos, como el cuscús, la menta, los dátiles, los higos, la canela, el comino romano, la cúrcuma, el jengibre o el azafrán.

Si tiene la oportunidad de visitar Marrakech, no deje de probar los platos marroquíes más conocidos y populares:

Tajine – Es tanto el nombre del plato como el del recipiente en el que se prepara. El tajine es un plato guisado que puede consistir en carne (cordero, ternera, pollo), pescado o verduras, así como diversas especias, frutas y frutos secos. Lo característico del tajine es su lenta cocción, que permite que afloren sus intensos sabores.

Cuscús – Un plato básico de la cocina marroquí, servido con verduras, carne o pescado. El cuscús se prepara tradicionalmente al vapor y puede servirse como plato principal o postre, cubierto con miel, canela y almendras.

Pastilla – Plato tradicional marroquí único por sus sabores dulces y salados. Se trata de una especie de empanadilla hecha de pasta filo, rellena de carne asada (normalmente pichón o pollo), almendras y especias, y espolvoreada después con azúcar glas y canela.

Harira – Sopa espesa que se sirve tradicionalmente durante el Ramadán. Se compone de garbanzos, lentejas, tomates, cebollas, carne (normalmente de cordero) y una serie de especias aromáticas.

Té a la menta – El tradicional té a la menta es parte integrante de la cultura marroquí y se sirve al final de cada comida y a lo largo del día como gesto de hospitalidad. Este té dulce y aromático suele prepararse con mucha menta fresca y terrones de azúcar.

¿Cómo llegar de Marbella a Marrakech?

Ir de Marbella a Marrakech es más fácil de lo que imagina. Desde Marbella se puede llegar a Algeciras o Tarifa, desde donde parten transbordadores hacia Tánger, en Marruecos. Tras cruzar el Estrecho de Gibraltar, el viaje a Marrakech dura unas 10 horas en tren o autobús. Alternativamente, hay numerosos vuelos desde la cercana Málaga a Marrakech, que tardan alrededor de 1,5 horas.Blog

Si busca una experiencia inolvidable, vistas inspiradoras y la oportunidad de descubrir nuevas culturas, un viaje de Marbella a Marrakech debería estar en su lista de planes. Este viaje único le permitirá sentir el espíritu de Andalucía y Marruecos y sumergirse en los exóticos sabores, olores y sonidos que dan vida a estos dos mundos extraordinarios. Recuerde que Marbella es una base ideal no sólo para Marrakech, sino también para otras fascinantes ciudades de Marruecos, como Fez, Casablanca y Chefchaouen.